La palabrería es un narcótico muy fuerte empleado por la humanidad.
Medusa de Caravaggio
Descripción
La obra nos muestra uno de los episodios de la leyenda clásica de Perseo y Medusa. Es justo el momento en el que Perseo le corta la cabeza a la Gorgona, mostrando justo cómo la cabeza está seccionada del tronco y la sangre cae por su garganta. Un instante entre la vida y la muerte durante el que la gorgona nos lanza su última mirada y un grito de horror.
Aquel chico en Dubrovnik (Ragusa) ciudad en Croacia
Comparar es absurdo: cada persona es incomparable en su dignidad y en su grandeza innata.
luz©
LEALTAD
«No se trata de quien es bueno en tu cara, sino de quien es leal a tus espaldas.
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LA ZORRA Y EL CUERVO
La zorra salió un día de su casa para buscar qué comer. Era mediodía y no se había desayunado. Al pasar por el bosque vio al cuervo, que estaba parado en la rama de un árbol y tenía en el pico un buen pedazo de queso.
La zorra se sentó debajo del árbol, mirando todo el tiempo al cuervo, y le dijo estas palabras:
-
Querido señor cuervo, ¡Qué plumas tan brillantes y hermosas tiene usted! ¡Apenas puedo creerlo! Nunca he visto nada tan maravilloso. Me gustaría saber si su canto es igual de bonito, porque entonces no habrá duda que es usted el rey de todos los que vivimos en el bosque.
El cuervo, muy contento de oír esas alabanzas, y con muchas ganas de ser el rey del bosque, quiso demostrarle a la zorra lo hermoso de su canto.
Abrió, pues, el pico y cantó así:
-
¡Crrac!
La zorra se tapó las orejas, pero abrió bien el hocico para atrapar el queso que el cuervo dejo caer al abrir el pico. Lo atrapó, lo masticó despacio, lo saboreó, se lo tragó, y le dijo al cuervo:
– Muchísimas gracias, señor cuervo. ¡Qué sabroso desayuno!
La zorra se fue, relamiéndose los bigotes, y el cuervo se quedó muy pensativo.
Mensaje: La humildad es reconocer nuestras debilidades, cualidades y capacidades y aprovecharlas para obrar en bien de los demás, sin decirlo.
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ZEUS Y LAS ABEJAS
Envidiosas las abejas a causa de la miel que les arrebataban los hombres, fueron en busca de Zeus y le suplicaron que les diera fuerza bastante para matar con las punzadas de su aguijón a los que se acercaran a sus panales.
Zeus, indignado al verlas envidiosas, las condenó a perder su dardo cuantas veces hirieran a alguno y a morir ellas mismas después.
La envidia no es buena consejera, más bien nos puede llevar a perder lo que ya poseemos.
Vocabulario
Zeus: Dios de la mitología griega
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